domingo, 24 de febrero de 2013

Motivación.


Van tres entradas seguidas... quien este siguiendo el fic que se entere XD lo pondre en todas las entradas para que no se me pierda un capitulo y se lie XD


Capítulo 10

A la mañana siguiente Amu se despertó más tarde de lo normal. Se dio cuenta de que no estaba sola, alguien estaba metido en su cama.



-¡I-Ikuto! ¿Qué haces metido en mi cama? ¡¡Pervertido!!- le dijo tirándolo al suelo de un empujón.
-¿Así es como agradeces que me quedase aquí para que pudieses dormir? Si lo se te dejaba sola…-dijo el pelizafiro (palabra nueva xD) levantándose del suelo.
-¿Eh? Como que….-antes de terminar la frase se acordó de la noche anterior- es cierto….lo siento…yo… ¿Cómo puedo compensarte?- dijo algo triste y enfadada consigo misma por lo que acababa de hacer.
-Prepárame un desayuno delicioso y sal conmigo esta tarde, con eso me conformaré.- le dijo susurrándole al oído, cosa que la puso nerviosa y la hizo sonrojarse.



-Está bien…te prepararé el desayuno de un príncipe…
-¿Cómo un príncipe? Prefiero un desayuno más sencillo, no quiero ser como el pequeño y mimado Tadase.
-¿Pequeño y mimado Tadase? Espera… ¿de qué conoces a Tadase-kun? –preguntó ella extrañada.
-Cuando era un crío de 5 años jugaba con nosotros. Pero desde que ha crecido no hay quién lo aguante y menos desde que mi madre hizo que Utau este comprometida con él. Han hecho un matrimonio concertado a sus espaldas…si ves a Utau venir mucho por aquí en parte es por eso. No lo aguanta y yo no soy de ese tipo de hermanos que consuelan a sus hermanas pequeñas.

Amu se quedó perpleja, lo que le acababa de decir Ikuto no tenía ningún sentido para ella. ¿Utau casarse? Y además.. ¿Con Tadase? Amu se empezó a sentir triste, porque sabía que no conocía para nada a la familia Tsukiyomi ni a la familia Hotori. A pesar de ser amigos desde hace mucho poco sabía sobre ellos.
-De todas formas Tadase-kun es amable y muy buena persona, no sé cómo le puedes llamar niño mimado. No me puedo creer que digas cosas de él.-le dijo enfadada y dándole la espalda mientras empezaba a prepararle el desayuno.

-Te gusta, ¿verdad?-dijo secamente
-E-eh, n-no. ¿P-por qué piensas e-eso?-dijo sonrojándose un poco
-Entonces porque le defiendes tanto.
-Porque es mi amigo y como tal debo defenderle.-dijo mientras se giraba con un cuchillo en la mano.
-No hace falta que me amenaces con el cuchillo, olvida el desayuno y lo de salir a la tarde. Me voy a casa.-dijo muy fríamente Ikuto.
-Pero…

Amu no pudo terminar la frase, Ikuto ya se había ido. Sentía algo punzante dentro de ella, ¿realmente quería pasar el resto del día con él? No entendía nada de lo que estaba pasando, decidió olvidarse y encendió la televisión para ver alguna serie o película. Pero por accidente le dio al DVD y salió la película de terror que había estado viendo con Ikuto la noche anterior recordó que el estuvo con ella para que pudiese dormir y estar bien este día y ella simplemente dijo algo que le molestó y la dejo sola. Un domingo que prometía ser interesante por esa cita que habría tenido con el…ahora estaba sola en casa, sus charas no estaban, tenían una reunión con Kiseki y los demás muy importante y por eso se habían ido.

Se quedo en el sofá por un rato con la televisión encendida, ella estaba en su mundo de pensamientos hasta que decidió apagarla y encerrarse en su cuarto. El día pasó rápido para todos menos para la pelirrosa, pensó que nunca se acabaría ese maldito día, pero la noche ya había llegado y con ella sus charas iban de regreso a casa. Se preocuparon cuando vieron que todos los accesos a la casa estaban cerrados, no tenían forma de entrar, pensaron que quizás Amu todavía estaba con Ikuto y no se preocuparon, pero…

-¡Ran!¡Su! ¡¡Amu-chan está ahí dentro! ¡Está llorando!- dijo Miki muy preocupada.
-Ran, rápido necesitamos ayuda. Su y yo iremos a buscar a Utau, ve y busca a Ikuto.
-Vale.

Las tres se separaron en busca de ayuda, tras quince minutos Ran volvió con Kiseki y Tadase, las otras dos charas estaban esperando mientras venían de camino, no habían podido encontrar a Utau y no querían dejar sola a Amu.

-¡Tadase-kun! ¡Kiseki! Amu-chan está muy mal, no deja de llorar y no podemos entrar-dijo Su.
-¿Qué? ¿Pero qué ha pasado?-pregunto el rubio mientras intentaba buscar una forma de abrir la puerta.
-No lo sabemos, tras volver a casa de la reunión estaba así ya.-dijeron las tres.
-No me queda más remedio- cogió una piedra y la lanzó al cristal de la puerta del jardín- luego lo arreglaré.

Amu escucho el ruido y se asustó mucho, temía que un ladrón estuviera dentro de la casa. Bloqueo la puerta con todo lo que pudo y se escondió dentro del armario abrazada a su pequeño osito, y pensando “no pasará nada, no pasará nada”. Escuchó como alguien subía las escaleras rápidamente e intentaba abrir su puerta. Tapó sus oídos para no escuchar los gritos de la supuesta persona que le haría daño.

-¡Hinamori-san! ¡Hinamori-san!-dijo Tadase preocupado. ¡Hinamori-san! ¿Qué ha pasado? ¡Hinamori-san!.
-¿Ta-tadase…-kun?-se dijo para sí misma y salió del armario

Tras un impulso comenzó a quitar todo lo que había puesto para bloquear la puerta de su habitación, desesperada empezó a quitarlo todo a correr. Tenía un extraño sentimiento dentro de ella que le hacía actuar así.
Tadase seguía llamando por ella, hasta que la puerta se abrió y una chica pelirrosa se abalanzó a los brazos de este llorando desconsoladamente.

-¿Hinamori….san?



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