En esta historia Amu e Ikuto se conocen desde niños, y a
partir de ahí se desarrolla la historia, en principio solo hay historia
principal, más adelante quizás meta alguna secundaria :D
Un amor verdadero
que nace, nunca desaparece
Hinamori Amu, una pequeña niña de seis años de cabellos
rosados y ojos ambarinos, se encontraba
en el parque jugando con otros niños, mientras su madre conversaba con otras
madres y su padre tomaba fotos. Cuando estaban jugando a pasarse la pelota a
Amu se le escapa hacia la carretera, ella va en busca de la pelota sin
cerciorarse de donde se había parado esta. Un camión de carga se dirigía hacia
donde se dirigía esta a gran velocidad. Alguien le gritó que se apartara pero
no lo escucho, el camión se dirigía hacia ella cuando lo vio, Amu se quedó
inmóvil por el miedo que le causaba ver la velocidad.
Su madre la llamaba para que se moviese puesto que no
llegaría a tiempo y su padre tampoco, Amu no sabía qué hacer, tenía demasiado
miedo como para moverse. Alguien la sacó de allí justo a tiempo. Un chico de
cabellos y ojos color zafiro, de unos 10 años fue el que la salvó a tiempo. El
camión freno en seco y su conductor se bajo para preguntar si se encontraba
bien.
-¿Estás bien?-preguntó el chico de cabellos color zafiro
-Sí- sonrió- ¿Eh? ¿Y mi pelota?- preguntó Amu como si nada
hubiese pasado.
- Ah…lo siento por tu pelota…no ha tenido la misma suerte
que tu- le dijo él un tanto gracioso.
-¡Amu! ¿Amu cariño estas bien?- preguntaba su madre al borde
de los nervios
-Sí, mamá. ¿Por qué?- dijo un tanto perdida la pelirrosada.
-Amu…estabas a punto de…-dijo medio llorando
-No importa señora…su hija está bien, no le diga más de lo
necesario y estará bien- contesto el salvador de Amu.
-¿Eh? ¿Quién eres tú? ¿Eres la que ha salvado a mi hija,
verdad?- pregunto el padre de Amu un tanto desconcertado.
-Tsukiyomi Ikuto
-No sé cómo podemos agradecerte lo que has hecho por nosotros-
le dijo abrazando a su pequeña hija.
-No es necesario…-dijo un serio- ¿Eh?-alguien le agarraba.
-I-Ikuto… ¿jugarás conmigo la próxima vez?- pregunto Amu
sonriente.
-Por supuesto pequeña- le sonrió mientras le acariciaba en
la cabeza.
Al día siguiente, Amu estaba ansiosa por ir al parque. Quería
jugar con su nuevo amigo, y único hasta ahora... al llegar al parque, estaba
allí sentado esperando por ella. Amu fue corriendo a su lado.
-¡Ikuto!- le gritó nada más verle- ¿has venido a jugar?-
pregunto sonriente
-Claro y te traigo a alguien más con quien jugar, pequeña-
le señalo a su lado a una niña rubia y de ojos violetas- es mi hermana pequeña
-Hola, me llamo Hinamori Amu- se presento ante la pequeña.
Esta se escondió detrás de Ikuto, como con miedo. Mirando
fijamente a Amu.
-Utau…saludala. Estamos aquí para divertirnos…-le dijo a su
hermana.
-Tsukiyomi Utau…encantada- dijo en voz baja.
-¡Amu!- le llamó la madre- Tenemos que irnos.
-¿Eh? Pero…acabamos de llegar…- dijo medio llorando- quiero
jugar con Ikuto..
-Lo siento cariño, es por un asunto urgente de trabajo. Mamá
se tiene que ir rápido y no puedo dejarte aquí sola- dijo para intentar
consolarla
-Pero yo quiero quedarme- empezó a llorar Amu.
Su madre no sabía qué hacer, tenía que irse pero no quería
que Amu se quedase sin jugar después de estar esperando venir al parque. Finalmente
se le ocurrió una idea.
-Cielo ve a jugar con Utau, ¿vale?-le dijo sonriendo- Ikuto-kun,
¿te puedo pedir un favor?- pregunto la madre de Amu
-Dígame- le contesto serio.
-Podrías cuidar de Amu, tengo que irme urgentemente por un
asunto de trabajo y como lleva todo el día queriendo venir, no quiero quitarle
la ilusión- dijo algo preocupado viendo hacia Amu.
-Supongo que no habría problema… ¿pero tendré que llevarla a
casa?- pregunto un tanto perdido.
-No sería necesario, no tardaré mucho. Pero si se diera el
caso, te dejaré la dirección por si te hace falta y el número de teléfono de su
padre- la madre comenzó a escribir en un papel.
-Toma, Ikuto-kun…eres muy maduro para tener 10 años- le
elogio.
-hmm- fue lo único que contestó
-¡Amu!- la llamo.
-¿Qué pasa mami?
-Ikuto te cuidará hasta que vuelva, así que, si tiene que
irse te llevará a casa si no he vuelto. Hazle caso y ten mucho cuidado ¿Vale mi
vida?- le dio un beso en la frente a su hija y un abrazo.
-Vale- dijo sonriendo y abrazando a su madre.
Al cabo de unas horas, la madre de Amu vino a recogerla.
Agradeció el favor a Ikuto y se marcharon, no sin antes Amu abrazar a Ikuto de
nuevo y a Utau también, a pesar de que ella era un tanto seria y poco
habladora, le gustaba mucho.
Después de ese día, cada día iban al parque a jugar con
ellos. Un día Ikuto fue a buscar a Amu a su casa para ir a jugar cerca de allí
y no preocupar a sus padres por estar solos y algo lejos. Utau empezaba a no
estar con ellos varios días cosa que la pelirrosada no entendía. Decidió no
darle importancia, tras jugar fueron a merendar a su casa, esta quería ver una película
que ponían en la televisión, resulta que era de romance, cosa que a Ikuto le
aburría mucho. Pero decidió no decir nada y aguantarse, al rato volvieron a
jugar hasta tarde.
-Hasta pronto, Amu- se despidió él.
-Hasta mañana Ikuto- dijo sonriendo.
-Pórtate bien, ¿vale?- dijo algo entristecido.
-¡Si!- ella seguía sonriendo.
-Ikuto-kun, he hablado con tu madre. Le he dicho que te
quedarás a dormir aquí, porque ya es muy tarde y no podemos llevarte ni ella
puede venir y no queremos que te vayas solo- le dijo la madre de Amu- así, podrás
aprovechar un poco más el tiempo con Amu-acabo sonriendo.
-Si…-dijo un poco desconcertado.
Amu era muy feliz, podría dormir con su mejor amigo por
primera vez dormía con alguien más en su habitación desde que empezó dormir sola. No sabía porque él estaba un poco
triste pero quería verlo sonreír. Ya era hora de dormir y ambos estaban en la
cama ya.
-¿Amu? ¿Estás despierta?- pregunto él.
-Sí, ¿Qué pasa Ikuto-kun?- le contestó.
-A partir de mañana…no nos podremos ver más por un tiempo,
tengo que irme lejos con mi hermana y mi madre.
-No…. ¿no te volveré a ver?- dijo la pequeña sollozando.
-Volveré, no llores….volveremos a vernos- le dijo dándole un
abrazo para que no llorase.
-¿Me lo prometes?- le miro con los ojos llorosos.
-Te lo prometo…-se quedo mirando para ella, esperando que le
dijera como cerrar la promesa.
Ella sin saber el significado de la acción que le iba a
pedir, ni nada señalo sus labios. Indicando que quería un beso en los labios,
había visto a sus padres besarse así alguna vez y en las películas que tanto
miraba, en donde se demostraba que se quería a alguien de esa forma. Ikuto solo
hizo lo que le pidió igualmente, sabía que no importaría eso. Era una simple
promesa y no era nada malo.
A la mañana siguiente, Ikuto se despidió de todos menos de
Amu, no quería hacerle llorar de nuevo con su partida. Pero está antes de que
se fuese bajo corriendo por las escaleras con un osito de peluche entre sus
manos.
-¡Ikuto! Juega mucho con tu hermana y no os olvidéis de mi,
¿vale?- dijo ella sonriendo mientras abrazaba a su osito de peluche.
-Claro que sí Amu- le dijo sonriendo- te escribiré de vez en
cuando ¿vale?
Después de esto se despidió por completo y se fueron.
Es muy bonito , espero que sigas y buena suerte
ResponderEliminarConti,conti
ResponderEliminarEs precioso amuto por siempre
Canbareee pero por favor pon conti, que no encuentro mas que el primer y segundo capitulo. Deves seguir, es muy bonito. Yo aun soy principiante en esto de los amutos, pero a mi me encanta, sigue asi.
ResponderEliminaryo no encuentro el segundo
ResponderEliminarhay una conti en fanfiction.net
ResponderEliminarhttps://www.fanfiction.net/s/8994635/1/Un-amor-verdadero-que-nace-nunca-desaparece
Grax!!!
ResponderEliminarMe gusta la historia quiero seguir leyendo
ResponderEliminar